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BSR Valladolid:.

El Pabellón Pilar Fernández Valderrama ha vivido en la tarde de hoy uno de los partidos más diputados de los que se recuerdan, de esos que todo el mundo denomina ‘de los que crean afición’. Y es que como es normal desde hace muchos años, la pista pucelana albergaba un enfrentamiento entre dos equipos muy parecidos y que se conocen a la perfección, vallisoletanos y gallegos.

 

En los momentos previos, el Fundación Grupo Norte quiso rendir un merecido homenaje a los tres internacionales paralímpicos del Amfiv que formaron parte de España, Mouriz y Costas, y con Polonia, Mosler, tres grandes jugadores que, en lo que respectan a los españoles, hicieron una espléndida actuación en los pasados Juegos Paralímpicos, la misma que han demostrado hoy sobre el parquet del Pilar Fernández.

El baloncesto, muchas veces puede ser injusto, pero, al final, es baloncesto, a secas. Y es que durante la mayor parte del partido los olívicos se mantuvieron por delante en el marcador, pero, al final, la balanza se inclinó del lado pucelano debido al mayor acierto en los momentos finales del partido y gracias a que los hombres de De Castro y Fernández supieron aprovechar los fallos de los gallegos, muchos de ellos realizados en los momentos menos oportunos del partido.

Lo vivido hoy en Valladolid fue un partido de poder a poder. Las defensas, desde el primer momento, se emplearon a fondo, intentando minimizar en todo momento las acciones del contrario. Aunque De Paz se presentó en el partido después del fallecimiento de su hermano, el sevillano hizo todo lo que pudo, pero su cabeza estaba más dedicada en asumir y asimilar todo lo vivido en una semana funesta que, sin duda, le ha marcado. A pesar de jugar muchos minutos, hoy, lógicamente, no fue el partido del sevillano, pero las ganas por ayudar a su equipo a ganar no dejaron lugar a dudas.

En cambio, ‘Yayo’ Rodríguez fue el que tomó el timón y la responsabilidad. Acompañando de un espléndido Highcock y de un intermitente Mena, el último refuerzo de los castellanos cogió el avión a las 7 de la mañana en Las Palmas, llegó a Valladolid a las dos y media de la tarde, hizo ganar a su equipo, demostrando por qué es uno de los mejores bases españoles, y emprendió de nuevo camino por carretera a Madrid para coger un avión que le devolviese a su tierra canaria. Todo ello en 24 horas.

Durante todo el encuentro los gallegos se mostraron mucho más seguros en todas las facetas del partido. Con todo, la defensa que se hizo a su jugador referencia, Envo, parecía que daba resultado. A parte de los 10 puntos que sólo encestó, el Fundación Grupo Norte se benefició del cúmulo de personales que hizo y que le obligó a pasar mucho tiempo en el banquillo. Con todo, los vallisoletanos no eran capaces de sobreponerse en el electrónico y, cuando lo hacían, rápidamente recibían la contestación en forma de puntos sobre todo de Costas y Mouriz, que mantenían el ritmo anotador y el juego gallego.

Con todo por decidir al comienzo del último cuarto, ‘Yayo’ Rodríguez apareció. El control que hizo del ataque pucelano fue clave y determinante, además de los puntos que consiguió en los momentos más complicados y comprometedores. Cuando apenas quedaba dos minutos, una acción de él junto a Highcock supuso una canasta del canario que valió para empatar el partido. Luego, un dos más uno del de Liverpool concedida de forma muy dudosa por la pareja arbitral hacía que el Fundación Grupo Norte se pusiese tres puntos por delante (62-59), el resultado final.

Pero antes, los vallisoletanos vivieron en la incertidumbre al ver volar el triple que lanzó Envo, fallado, pero viendo otra vez el triple sobre la bocina que lanzó Mouriz después de coger el rebote.

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