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BSR Valladolid:.

El Fundosa ONCE saltó al parqué de la pista vallisoletana con su tradicional casaca amarilla sí, pero en esta ocasión parecía diferente. Mismo tejido, mismas publicidades, mismo color, pero en esta ocasión parecía más un traje de los domingos que un mono de trabajo. Los madrileños se pusieron de punta en blanco para comenzar su andadura por la Champions Cup, y salieron en tromba para intentar golpear anímicamente a un rival directo en la lucha por el entorchado europeo.

 

Amagó el Galatasaray con ser un lobo hambriento y empezó a intentar asustar a un Fundosa que se veía con un parcial de 2-6 en contra cuando apenas había empezado a correr el reloj. Con los nervios más templados gracias al buen hacer de Bywater, los madrileños cazaron al lobo feroz (6-6). Sin la renta inicial, el conjunto turco empezó a venirse abajo a la misma velocidad que escalaba su rival (11-6).

Viéndose superados por el juego combativo y combinativo del Fundosa, los otomanos comenzaron una guerra psicológica que se inició con la tripleta arbitral. Fuego dentro y fuera de los límites del campo. Sin encontrar un hueco por el que dañar la coraza amarilla, los pupilos de Remzi Sedat buscaron los aledaños del perímetro. Desde allí encontraron alivio gracias a la muñeca de Piotr Luzynski, que maquilló casi sobre la bocina un primer cuarto que fue propiedad madrileña (20-15).

La pasión turca se apoderó del Galatasaray. Con el jet lag ya superado, los de Estambul se encomendaron a Santa Sofía y empezaron a encontrar aro gracias al calibrado punto de mira de Luszynski y Gurbulak. Ismail Ar ponía músculo en ataque y defensa, y al Fundosa se le empezó a nublar la vista. Con un parcial de 0-8, el dominio volvió a ser turco (20-23). Dosificando esa renta se llegó al filo del descanso. Fue entonces cuando hizo aparición Alejandro Zarzuela para anotar un 2+1 que ponía las tablas en el luminoso (29-29). Una técnica del Luzynski a poco menos de 30 segundos del final tiró por la borda el trabajo turco. El Fundosa creyó y llegó al descanso 33-29 arriba.

El paso por los vestuarios sentó bien a Petr Tucek. El checo se alió con Zarzuela en la pintura y entre ambos sostuvieron el dominio madrileño (41-33). El centroeuropeo recogía con su cesta todos los tiros turcos que no pasaban por el aro, mientras que el español pescaba jugadas de dos más uno debajo de la canasta del Galatasaray.

Los pupilos de Inescu Remzi mostraron desde la barrera la garra que caracteriza a los equipos turcos. Con Filipski fuera de escena, Ozgur Gurbulak cogió las riendas anotadoras de su equipo, apretando las tuercas amarillas (46-41), pero no lo suficiente para su objetivo y los madrileños afrontaron el último cuarto diez puntos por encima (56-46).

El último envite comenzó con un Galatasaray prendado de la desesperada. Filipski llegó tarde pero llegó con fuerza para comandar la heroica turca. Con un parcial de 3-12, el marcador lucía un apretado (59-58) que subía la moral turca a la altura de las nubes, llegando a empatar minutos después por mediación de Luszynski un partido que parecía perdido (62-62). Tucek supo mantener el pulso tibio, mientras que Mehiaoui fallaba desde la línea de tiros libres. Una pequeña ventaja en la carrera por la primera victoria de la Champions Cup y mucha tensión para la recta final del encuentro. Sobre todo cuando los de Estambul lograron empatar el partido.

Jugando al todo o nada durante los últimos 40 segundos de partido, los turcos fueron mejores. A Mateusz Filipski no le tembló el pulso para anotar su propio rebote y dejó fuera de juego a un Fundosa que no pudo gestionar su renta a la hora de la verdad (69-71).

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