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A falta sólo de cinco días para desvelar la incógnita, Madrid se presenta en Buenos Aires más confiada que nunca en sus posibilidades de organizar unos Juegos Olímpicos en su tercer intento.

Madrid, tiene el 80% de las infraestructuras hechas, mira a Tokio, con Fukushima como problema de fondo y el horario asiático, y a Estambul, con numerosos casos de dopaje y las revueltas ciudadanas. La candidatura de Madrid hace 'lobby' con el Príncipe Felipe a la cabeza ante los 99 miembros del COI.

"En los próximos días no puede haber ningún fallo". Es la consigna repetida una y mil veces en la candidatura de Madrid 2020, que llega a la semana final de Buenos Aires mejor situada que sus rivales.

"La situación económica del país y la crisis del euro, pero todo eso pasó", señala la consejera delegada de relaciones internacionales de Madrid 2020, Theresa Zabell. Una coyuntura que llevó a plantear un proyecto austero que requiere 1.469 millones de euros para organizar los Juegos. "El COI sabe que el proyecto es una realidad", precisa Zabell.

El COI ha valorado sobre todo lo "compacto" del proyecto, con todas las sedes en la capital (excepto la vela y la fase previa del fútbol), concentradas casi todas en el Campo de las Naciones, con el Estadio y la Villa Olímpica; y el Manzanares, donde destaca la Caja Mágica, que acogerá la competición de tenis.

También ha aplaudido que el baloncesto sea en la Plaza de Toros de Las Ventas y que las pruebas de voley playa sean en el estanque del parque de El Retiro, en una ciudad con una oferta hotelera de 45.000 habitaciones y una red de transportes que convence. Por eso, dicen, al consigna a repetir es "Madrid tiene sentido" y el fair play que no es otra cosa que defender Madrid2020 y evitar críticar a los rivales.

Favoritismo a medias por el miedo nuclear

Tokio se siente favorita, por encima de Madrid y Estambul. Con la tercera economía del mundo detrás, y la eficacia japonesa como garantía, la ciudad tiene uno de sus handicaps en el hecho de que ya ha organizado unos Juegos Olímpicos (1964).

Uno de los mejores sistemas de transporte público del mundo, una gran infraestructura hotelera (140.000 habitaciones en el área metropolitana), instalaciones deportivas en gran parte construidas –tiene 15 terminadas– y 92% de apoyo popular juegan a favor de una candidatura con un abultado presupuesto de 3.360 millones de euros.

Sin embargo, se teme por los efectos negativos de la continuada crisis nuclear de Fukushima, cuya central sigue sin estar controlada más de dos años tras el accidente provocado por el Gran Tsunami del Pacífico en 2011. Deportistas profesionales han mostrado en el pasado su reticencia a competir en Japón mientras que los organizadores insisten en que para 2020 Fukushima habrá quedado olvidada.

No es peor escollo la influencia que pueda ejercer el canal de televisión estadounidense NBC, que tiene los derechos de la retransmisión de los Juegos Olímpicos y a la que no hace ninguna gracia el horario asiático.

Las protestas y el dopaje lastran sus opciones.

La candidatura turca, que cuenta con un presupuesto de 14.500 millones de euros, diez veces más que el de Madrid y cuatro que el tokiota, se ha encontrado con las protestas por el parque de Gezi de Estambul violentamente reprimidas y con la suspensión en competiciones europeas de los equipos Besiktas y Fenerbaçe, santo y seña del fútbol patrio, por amaño de partidos y de 31 atletas nacionales por dopaje, incluido el medallista olímpico Nevin Yanit.

Estambul2020, que cuenta con un apoyo popular del 94%, quiere ser la antesala del centenario de la República de Turquía, en 2023, y la oportunidad para extender la ciudad hasta la orilla del Mar Negro, donde estaría la Villa Olímpica, la construcción de un gran aeropuerto, un estadio besando las aguas del estrecho del Bósforo y una ampliación de las redes de transporte público.

El Comité Olímpico Internacional valora positivamente que entre el domicilio de los atletas y su espacio de competición no haya más de media hora en coche.