BSR Valladolid:.

De nada le ha valido al Fundación Grupo Norte todo el trabajo realizado durante casi todos los cuartos del partido. Y es que, al final, el Fundosa Once se ha llevado los dos puntos de Valladolid en un partido intenso, vibrante y que no ha tenido un ganador claro hasta que en el electrónico figuraba menos de un minuto.

Los vallisoletanos salieron a la pista con la intención de ganar. De nada les importaba los nombres de los jugadores que el club madrileño enviaba a Valladolid, unos jugadores que forman una plantilla auténticamente envidiable. Muy pocos equipos, incluidos los europeos, disponen de un plantel plagado de estrellas y que, además, todos tienen un hueco en los innumerables ‘cincos’ que pueden poner en pista.

Pero lo que está claro es que, por lo visto en el Pilar Fernández, los vallisoletanos salieron a por todas. Con una gran defensa, los pucelanos imprimieron un ritmo que los de Carrión no conseguían superar. Acostumbrados a ir siempre por delante, los amarillos se encontraban en terreno desconocido. Y es que, una vez más, el Fundosa tuvo que echar mano de su jugador referencia, el inglés Bywater, que acabó el partido con 35 puntos, todos ellos conseguidos en momentos muy comprometedores para un equipo que ansía la Champions. Sin duda, sin Bywater, el cuento hubiese sido muy, pero que muy distinto.

Hasta el tercer cuarto los pucelanos mantuvieron un nivel descomunal. Todos los jugadores brillaban con luz propia tanto en su trabajo particular como en el colectivo. Aunque los que tiraban de la parcela anotadora eran De Paz y Highcock, Mena lo completaba, sin contar con el trabajo de Francis y Soria que, de nuevo, volvieron a dar una clase magistral de cómo se juega esto, con canastas importantísimas conseguidas en momentos complicadísimos.

A pesar de finalizar el tercer cuarto por delante en el marcador (58-55), el Fundación Grupo Norte acusaba el trabajo del Fundosa. Bajo la espléndida dirección de Muíño –Carrión tuvo que echar mano de él a pesar de jugar con molestias estomacales que le hicieron vomitar antes del comienzo del partido- Bywater mantenía a su equipo en el partido, sin olvidar cómo no, al checo Tucek, que conseguía completar las acciones que no pasaban por la manos del gran jugador inglés.

A falta de menos de 4 minutos, los madrileños consiguieron empatar el partido después de haber ido siempre por detrás. Un bajón en la parcela anotadora de los castellanos hacía que, por su parte, los capitalinos fuesen consiguiendo, poco a poco, enjuagar la diferencia, que sobrepasó los 10 puntos. No obstante, los vallisoletanos no dieron el partido por perdido y consiguieron, a menos de 22 segundos, empatar de nuevo.

Pero a falta de 9 segundos para acabar y con un 72-73, Mena asumió la responsabilidad en un tiro que, de haber conseguido, hubiese puesto las cosas complicadísimas a un Fundosa que temía irse a casa con su primera derrota y con todo aquello que conlleva además perder contra el Fundación Grupo Norte, el equipo que, en su única victoria contra ellos, le birló una Liga y, además, en Valladolid.

Las expulsiones por cinco personales de De Paz, en una acción inexplicable que el colegiado sólo vio, y de Francis Sánchez hicieron que el ritmo lógico de juego pucelano se viese alterado, y eso que Leep y Ruiz, que se estrenó después de su lesión, hicieron todo lo posible. Al final, con Mena también expulsado en una personal que los colegiados pitaron cuando ya había acabado el partido, el Fundosa Once consiguió dar la vuelta al partido e irse a Madrid con los dos puntos, con el miedo aún el cuerpo y con muchas dudas. Y es que su principal objetivo, la Champions, está muy cerca.